Los manifestantes

- "¿Usted ve alguna salida?"
- Lo que es yo, por mi parte, no la veo.

   Hay gente que entiende lo que está pasando, pero se limitan a lamentarlo. Falta pasión, ese es el secreto de este gran globo democrático en que nos hemos convertido. Durante varios lustros hemos sido serenos, objetivos, pero la objetividad es inofensiva, no sirve para cambiar el mundo, ni siquiera para cambiar un país de bolsillo como éste. Hace falta pasión, y pasión gritada, o pensada a los gritos, o escrita a los gritos. Hay que gritarle en el oído a la gente, ya que su aparente sordera es una especie de autodefensa, de cobarde y malsana autodefensa. Hay que lograr que se despierte en los demás la vergüenza de si mismos, que se sustituya en ellos la autodefensa por el autoasco. El día que sientas asco de tu propia pasividad, ese día te convertirás en algo útil."

"LA TREGUA", Mario Benedetti (Montevideo - 1960)

Hace unos 14 años leí la única novela escrita por Don Mario Benedetti. La Tregua. Este extracto de su libro es una conversación que se puede producir entre dos personas de cualquier lugar del mundo que resumiría dolorosamente el sentir de la ciudadanía hoy en día. Cuando el primero le pregunta ¿Usted ve alguna salida?, creo que todos nos podemos sentir identificados con la actitud de este personaje. Todos necesitamos creer que hay salidas, que alguien tiene la llave del cajón de las soluciones, y en cada charla que tenemos, siempre nos hacemos esa misma pregunta, una y otra vez, tratando de encontrar al Amo de Llaves que nos diga: "si, tengo una solución para esto que usted me plantea"


Si continuamos leyendo, Mario Benedetti hace una reflexión sobre la ineficacia del hombre de a pie para ni siquiera buscar las soluciones que se necesitan ante los problemas de un País. Habla de indolencia, de autocrítica, de la necesidad de gritar y ejercer la pasión por mejorar las cosas que no funcionan bien. La pesadumbre se ha hecho dueña de todos, y no actuamos hasta que nuestro sector, nuestro gremio, nuestro propio futuro es el que está en juego.

Cuando vemos las manifestaciones que ha habido en todo el período de crisis, vemos que los diferentes gremios se han movilizado, como por ejemplo la Sanidad en Madrid, la Educación en todo el País, el 15 M mientras existió, la Minería cuando hubo aquella Reforma sangrante. Ahora lo vemos cuando cierran una empresa como por ejemplo con Fagor. La movilización de un sector de la sociedad se queda débil ante la pluralidad de una sociedad completa. Por esto, buscar soluciones para las manifestaciones, para hacernos oír, para pedir a los poderes públicos que atiendan al pueblo que representan, es una de las prioridades que creo debemos afrontar en nuestra propia conciencia como ciudadanos.


Solución

La solución que se me ocurre para que el pueblo sea escuchado es muy simple. Cuando hablo de las manifestaciones masivas de Bilbao, de Madrid, y de cada rincón de España contra ETA por el caso de Miguel Ángel Blanco, o del No a la Guerra en todo el País, todos las recordamos como unas manifestaciones con éxito porque el pueblo unido supo decir No a situaciones injustas que en cierto modo nos atañen a todos. Hoy en día, ese tema que atañe a todos es el Paro, la Economía, El mundo laboral, la Corrupción, etc. Y todos debemos ser solidarios con cualquier sector de la sociedad que se manifieste, puesto que la Sanidad funcione bien y nos siga perteneciendo a todos, es un bien que no solo beneficia a los trabajadores del gremio, ni a los profesores y los alumnos en el caso de la Educación. Nos atañe a todos como sociedad hacer prevalecer el bien común. En el caso de las manifestaciones por cierre de empresas, o por Eres que son despiadados, también nos atañe como ciudadanos, porque como sociedad necesitamos que el sistema salvaguarde los puestos de trabajo de nuestros vecinos, porque aunque el nuestro hoy esté a salvo, mañana podemos encontrarnos como ellos, y en esta empatía está la solución.

Lo más sencillo es no hacer nada. Hay un dicho popular que reza: "Virgencita que me quede como estoy". Hoy eso puede servir, y no tengo que hacer nada. Mañana cuando sea mi puesto de trabajo el que esté en juego, nos acordaremos de que cuando había que movilizarse y pedir derechos (hoy pedimos simplemente mantenerlos), ya será demasiado tarde, pues las torres que cayeron al principio nadie lucho por salvarlas.

Si encontráis otras soluciones no dudéis en comentar el Post.
Un cordial saludo.

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